Bruselas quiere quitar la gestión de los fondos europeos a comunidades como Andalucía
El plan de la Comisión Europea para el próximo presupuesto pasa por entregar un único cheque nacional a cada país
La Junta gestiona ahora 3.204 millones de euros anuales de modo autónomo
El Parlamento Europeo aprueba una resolución en contra de esta renacionalización y a favor de aumentar las políticas de cohesión
Moreno, en contra de la concentración de fondos

Si a Andalucía se le debió alguna vez una deuda histórica real, ésa la pagó la Unión Europea (UE). El cálculo que han hecho distintos institutos es que Andalucía ha recibido de Bruselas desde la adhesión española algo más de 100.000 millones de euros, con los que se han construido autovías, líneas de alta velocidad, hospitales, escuelas, centros de salud y con los que se han financiado la reconversión de trabajadores. Aún hoy, en el Presupuesto de la Junta figuran 3.204,6 millones de euros de ingresos que provienen de los fondos europeos. Bruselas no sólo aportado dinero a la región, sino autonomía a su gestión. Y esto puede cambiar.
La política de cohesión de la UE peligra, y no sólo por lo que puedan restar los nuevos objetivos de defensa y seguridad, sino por la intención de la Comisión Europea de quitar estos fondos regionales que gestionan las comunidades autónomas para que sea el Gobierno el encargado de administrarlos. En el Parlamento Europeo han saltado las alarmas.
La Cámara de Estrasburgo aprobó el miércoles pasado una resolución en la que advierte de la disminución de los fondos de cohesión y se muestra contraria a que se centralicen estas políticas. Uno de los principios que ha regido, hasta ahora, la convergencia de las regiones europeas, de la que Andalucía se ha beneficiado de modo especial, es el de subsidiaridad, por el que se reconoce a las comunidades autónomas un mejor conocimiento de las necesidades de los territorios.
La Comisión Europea, el gobierno de la UE que preside Ursula von der Leyen, avanzó en febrero pasado cuáles serán sus nuevos planes para el presupuesto que viene, el denominado Marco Financiero Plurianual de 2028 a 2034. Y las alarmas sonaron en el Parlamento y en el Comité de las Regiones, porque su intención es fundir todos los fondos, que son 50 programas, en un sólo "fondo nacional" que cobrarían los Gobiernos centrales. Las comunidades dejarían de ser autoridades de gestión, con lo que no sólo se perdería autonomía, sino transparencia si cada país no legisla bien estos repartos.
En ese fondo nacional también se incluiría la Política Agraria Común, además de los grandes fondos regionales como el Feder o el Fondo Social Europeo. De este modo, el presupuesto comunitario a partir de 2028 se compondría de un fondo nacional; otro de competitividad, para asegurar la independencia estratégica de la Unión, y los de acción exterior. Será en julio cuando la Comisión Europea presente su propuesta para negociar con el Consejo Europeo, que representa a los gobiernos nacionales, aunque ya se han avanzado las líneas generales.
Menos dinero, menos autonomía
El temor generalizado es que "las políticas de cohesión peligran" , así como su descentralización. Así lo han explicado a este diario distintos europarlamentarios del grupo socialista y popular esta semana, cuando se ha aprobado la resolución en la Eurocámara. "Nos preocupa que puedan desaparecer", ha indicado uno de ellos. De las tres grandes instituciones europeas, el Parlamento, la Comisión y el Consejo, la primera es la que se otorga la defensa de los intereses de la ciudadanía, de ahí que socialistas y populares estén preocupado por estas nuevas líneas estratégicas, aunque cuenten con comisarios en la Comisión Europea o formen parte de los gobiernos nacionales.
Marcos Ros, eurodiputado socialista de la Comisión de Desarrollo Regional de la Eurocámara, ha avanzado a este diario que "los próximos meses vana ser cruciales para la negociación de las políticas de cohesión". "Vamos a trabajar -aseguró- para que se refuerce la asignación presupuestaria y para evitar que se lleve a cabo la recentralización que está proponiendo la Comisión Europea". En similares términos se ha expresado la eurodiputada extremeña del PP Elena Nevado, que considera que la cohesión está en el ADN de la Unión y que una centralización añadiría "la falta de transparencia que estamos viendo con los Next Generation", que son de competencia central.
La Comisión Europea presentará en julio su propuesta de presupuesto plurianual y, a partir de ese momento, comenzará una negociación con los países en el Consejo Europeo, de modo que esté aprobado en 2027. El Parlamento Europeo sólo tiene la capacidad de aprobarlo o vetarlo al final del proceso, por lo que resoluciones como la del miércoles intentan influir en un diálogo que no está institucionalizado para el caso concreto de las cuentas.
El gasto de defensa se puede comer la cohesión
Y el de la nacionalización de la cohesión no es el único problema, también hay un temor a que los nuevos gastos de defensa y de seguridad y el pago de la deuda de las ayudas del Covid mermen la cohesión. En la actualidad, los distintos fondos regionales suponen un tercio del presupuesto, al que hay que sumar el agrícola, pero la Comisión Europea se ha propuesto dos nuevas prioridades que puede suponer un retroceso de la cohesión. Son las de defensa y seguridad, que surgen como consecuencia de la guerra de Ucrania, y la de competitividad, a lo que cabe añadir el inicio del pago de la deuda común contraída para hacer frente a la pandemia de Covid. Cada año se pagarán entre 20.000 y 30.000 millones de euros por este último concepto. ¿De dónde saldrán?
El presupuesto actual de la UE es de 1,2 billones de euros, el 1% del PIB europeo, de tal modo que o aumenta, y hay muchos países ricos poco receptivos a ello, o se detraen fondos de políticas actuales, como las de cohesión, para financiar programas de defensa, de seguridad y de deuda. El Gobierno español ha propuesto que el gasto se incremente hasta el 2% del PIB, aunque es dudoso que los grandes contribuyentes, caso de Alemania, Francia o Países Bajos, acepten mejorar su aportación. No obstante, el nuevo Gobierno alemán del conservador Friedich Merz ha acabado con el tabú de la ortodoxia presupuestaria germana.
La resolución del Parlamento Europeo rechaza "los planes nacionales únicos". Los eurodiputados piden que "se impliquen a las autoridades regionales y locales", así como que "se reafirme el papel de las políticas de cohesión para consolidar el mercado único y avanzar en la reducción de la desigualdad y la lucha contra la pobreza". Jesús Carmona, director de Medios del Parlamento Europeo, asegura que la Cámara respalda un aumento de la inversión en defensa, pero cree que "esto no debe menoscabar el gasto social ni el ambiental ni poner en riesgo políticas consolidadas como las de cohesión y las agrícolas". Y apunta algo más: "Igual que los programas dirigidos a la juventud como el Erasmus".
Y es que los Erasmus, uno de los programas más exitosos de la UE, también se pueden ver mermado. Tal como ha indicado la eurodiputada Elena Nevado, sin la cohesión, sin descentralización y sin inversión directa a los ciudadanos, "el desapego" hacia las instituciones europeas sería aún mayor en unos tiempos en los que la irrupción de partidos eurófobos en la Eurocámara es una realidad.
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