María Zabay: “El humor en la vida hace todo más llevadero”

“No somos ni nuestro apellido ni la ciudad ni la casa en la que hemos nacido. Somos lo que construimos con nuestras decisiones y sobre todo lo que rechazamos en el camino”. Así opina María Zabay (Zaragoza, 1977), polifacética periodista y escritora que lanza su nueva novela Valentina al mercado en esa búsqueda permanente por luchar por lo que le apasiona y por combatir contra todo aquello que le produce desprecio.
Pregunta.Alguien que con tantas inquietudes, que ha sido modelo, abogada, presentadora de televisión, escritora, periodista,... ¿lo tiene fácil?
Respuesta.No ha sido especialmente difícil porque siempre he trabajado mucho y me he preparado. Muy pocas veces uno tiene cosas fruto de la suerte y cuando es así duran poco. Y tampoco creo en los atajos. Creo en los trabajos sostenidos en el tiempo, en el esfuerzo, en la ilusión, en hacer las cosas con pasión y cuando pones toda tu energía se transmite.
P.¿Se siente más escritora o periodista?
R.Ay, las dos. Creo que son complementarias. Como periodista, conoces a mucha gente, te nutres, aprendes muchísimo, sientes inquietud por temas que a lo mejor de otra forma ni te enterarías si no fuera por los grandes personajes a los que entrevisto, y eso luego se nota en los libros. Cuando escribimos lo hacemos sobre cosas que nos remueven por dentro para bien o para mal. El ser periodista es curiosidad constante, es divertirte y relacionarte. En cambio escribir es un trabajo para una misma. No podría prescindir de ninguna de las dos.
P.Dicen que ser periodista te da un visado a la literatura. ¿Cómo se pasa de un mundo a otro?
R.En mi caso no fue así. Soy licenciada en Derecho y luego me ofrecieron incorporarme a un proyecto cultural en Aragón. Me embarqué porque me encanta la cultura y estando ahí, rodeada de escritores, un día empecé a escribir mi primera novela y lo hice sin más pretensión, por pura pasión. Al ser publicada, una entrevista sobre ella me llevó a la televisión. No di el paso al revés. La televisión vino a por mí.
P.¿Ser escritor es un don o hay que cultivarlo?
R.Uno tiene que nacer un poco con la literatura dentro, pero te puedes seguir puliendo con los años. Gabriel García Márquez decía que no le gustaba leer y es el grande entre los grandes, y Vargas Llosa, que era Dios en la tierra escribiendo también, en cambio era un erudito de la cultura. García Márquez es el ejemplo de que el talento nace con uno, pero luego sin duda se puede ir puliendo. Soy de la opinión de que hay que hacer aquello que te apasiona. Siempre escribo sobre temas que adoro, que me inquietan, o que me producen desprecio como la manipulación de las masas.
P.Valentina es su incursión literaria número 13. ¿Es supersticiosa?
R.No, no soy nada supersticiosa, pero prefiero aquello de decir siete novelas y seis libros sobre comunicación y bullying.
P.¿En qué momento llega Valentina?
R.Llega en un momento muy multicultural. Hay una gran riqueza, pero a la vez se habla de fronteras y de muros, así que me parecía muy interesante explorar a una latina que es un disparate y que evidencia muchos problemas que tenemos los adultos de cualquier sitio como las inseguridades o las vulnerabilidades. Muestra el problema concreto de personas que nacen partiendo en negativo que tienen que luchar en la vida y no es lo mismo hacerlo cuando no tienes oportunidades. Sin embargo te ríes mucho con la novela. Como dice Carmen Posadas o Arturo Pérez Reverte, Valentina es una lazarillo de Tormes del siglo XXI, es muy divertida. El humor en la vida hace todo mucho más llevadero.
P.El fracaso, la desigualdad, la brecha social, el abuso de poder... son temas que tiene muy presente en todos sus trabajos. ¿Se siente reflejada en sus libros?
R.Tienen una gran parte de mí, de lo que me apasiona, de lo que no me gusta nada y luego de todo lo que observo alrededor. Valentina es una historia de coraje y habla de romper barreras sociales, de encontrar tu propia voz y sobre todo de ser fiel a uno mismo en un mundo que invita constantemente a conformarte con lo que hay. Es la rebeldía, una superviviente que habla de sueños y de realidades, de racismo, de la lucha de oportunidades, de la desigualdad, del papel del deseo y del sexo y de las relaciones de poder. La novela tiene el deseo en cada página.
P.El éxito no es sinónimo de virtud. En su programa El foco se habrá encontrado de todo.
R.Me he encontrado grandes en todos los terrenos y me ha servido para reafirmar lo que he dicho siempre, que cuanto más grande es uno, más humilde, más sencillo, más bonito es por dentro como persona. Sin embargo, en otro tipo de entrevistas te encuentras que hay personas que tienen un comportamiento menos admirable.
P.¿Qué busca en cada entrevista independientemente del personaje?
R.Mis entrevistas son en profundidad. Descubrir bien su método de trabajo, qué es lo que les apasiona, cómo son ellos, cómo trabajan y en qué proyectos andan inmersos. No es lo mismo entrevistar a María Dueñas o a Paco de Lucía, que tener enfrente a Carlos López Otín o Manuel Serrano, que son dos científicos de renombre internacional. O entrevistar a un político, al que pregunto cómo ve la situación actual.
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