"Las hormonas están estigmatizadas y simplificadas"

Pilar Polvillo es la nutricionista y psicóloga que hay detrás de la cuenta de Instagram con más de 32.000 seguidores,The Nutrition Journal, desde la que divulga sobre hormonas y salud femenina. Además del trabajo desde el ámbito nutricional en consulta, con sus pacientes, mediante la elaboración de pautas personalizadas, también se dedica al área docente en la que participa en diferentes formaciones. En su último libro, Conoce tus hormonas, Pilar Polvillo aporta las claves para aprender a reconocer todos los procesos y cambios que experimenta el cuerpo de la mujer en sus diferentes etapas y encontrar un equilibrio.

–¿Qué es lo que toda mujer debería saber de sus hormonas y no siempre conoce?

–Lo ideal sería conocer desde que tenemos la primera regla el baile hormonal que trae consigo el ciclo menstrual y cómo nos pueden influir tanto a nivel anímico o emocional como a nivel cardiovascular, óseo o de microbiota. Normalmente, las niñas de 12 y 13 años que llegan a ese momento no conocen nada sobre sus cuerpos y las mujeres que las rodean, y les toca explicarles, tampoco tienen demasiados conocimientos. Es crucial conocer todos los cambios que se viven desde ese momento y que nos van a acompañar durante muchos años de nuestra vida hasta que lleguemos a la menopausia y, en esa nueva etapa, tengamos otros nuevos cambios, que también debemos conocer. Eso nos puedo ayudar a identificar qué cosas son normales y cuáles no y cuándo deberíamos de pedir ayuda.

–¿Cree que están estigmatizadas las hormonas?

–Un poco, y también están simplificadas. Cuando se suele hablar de hormonas se suele simplificar todo a ellas y no es así. Las hormonas nos influyen, pero hay otros muchos factores que pueden impactar en ellas. Es una relación bidireccional. Nos influyen y nosotras les influimos a ellas. Por ello, creo que habría que hace énfasis en aportar información clara y no simplificada.

–¿Cuáles son los problemas hormonales más habituales a los que nos enfrentamos las mujeres?

–Principalmente, lo que más suelo ver en consulta, es el síndrome de ovarios poliquísticos por los cambios hormonales que van implicados en ellos. También alteraciones como endometriosis, en las que hay una alta presencia de estrógenos. Otro aspecto que nos influye muchísimo, sobre todo a las mujeres, son los problemas de depresión y ansiedad, que van muy ligados a la presencia de hormonal y a la reducción de la presencia de estrógenos, que nos pueden agravar o facilitar que se den esas situaciones de salud mental.

–En su libro habla de la relación entre las hormonas y las emociones. ¿No hay dos relaciones iguales?

–Exactamente. Hay que ver cada caso. En el libro explico muy concienzudamente que, cuando nos encontramos algún tipo de alteración de salud mental, también hay que ver si esa es la raíz del problema o viene como consecuencia de alguna alteración que puede ser hormonal y que afecta a nuestra calidad de vida e impacta secundariamente en nuestra salud mental.

–¿Cómo influyen las hormonas en nuestro estado de ánimo?

–Por ejemplo, el estrógeno nos ayuda a estar más receptivas, más extrovertidas, y nos ayuda a estar un poco más calmadas y más tranquilas. Más técnicamente, nos ayuda en la síntesis de ciertos neurotransmisores y eso nos ayuda a estar calmadas. Por otro lado, cuando tenemos falta de estrógenos, nos podemos sentir más aletargadas, sin energía, cansadas, sin motivación... La progesterona, por su parte, tiene un poco un rol contrario.

–¿Hay algún mito sobre las hormonas que no pare de desmentir?

–No sabría con cual quedarme, pero, por ejemplo, que el cortisol es malo o es el demonio, el diablo o todo lo malo que queramos ponerle. Ninguna hormona de por sí es mala. Es mala si está en una medida en la que no la necesitamos. Partiendo de esa base, ¿el exceso de cortisol es malo? Sí, pero el cortisol es necesario para la vida. Sin cortisol nos moriríamos. Tendría muchas más, pero esta es de las más sonadas.

–Existe la creencia popular de que las hormonas afectan más a las mujeres, a las que se nos retrata como víctimas irremediables de las fluctuaciones hormonales. ¿Hay algo de cierto?

–Es una forma simplista de verlo y reducirlo todo a ese ámbito. Somos más complicadas. Todo es más complicado que eso y depende de muchísimos factores. La realidad es que no podemos reducirlo todo a la frase echa de son las hormonas. Las hormonas influencian, sí, pero también otros muchos factores que nos pasan en el día a día y no achacamos que lo que nos pasa puede ser debido a ellos.

–¿Cómo cuidamos nuestras emociones?

–El cuidado nace de la base de cuidar el estilo de vida. Luego hay otro tipo de abordajes que son adicionales al cuidado que hagamos de esa base. Cuidar del estilo de vida parte de una buena alimentación, hacer ejercicio físico, cuidar el sueño, el descanso, controlar la gestión emocional y del estrés... También hay factores que escapan a nuestro control y que nos influyen como son la situación que nos rodea a nivel social o a nivel económico.