Siluros

Desde hace unos años se ha detectado la presencia en el Guadalquivir de una nueva especie invasora: el gigantesco y repulsivo y voraz siluro (Silurus glanis). Los siluros proceden de Centroeuropa (el gran Vladimir Holan, que vivía en la isla de Kampa, en Praga, tenía un verso sobre “el gran siluro de la noche”) y se han introducido en Andalucía como especie exótica. El siluro tiene una piel viscosa, sin escamas, y tiene fama de tragarse cualquier cosa (los pescadores le llaman “el basurero de los pantanos”). Sus gustos gastronómicos son repugnantes: carne corrompida, intestinos, hígado de cerdo. Un gourmet de todo lo repulsivo.

Así es el siluro de los ríos. Pero hay otra especie autóctona de siluro –una especie, por lo demás, singularmente destructiva– muy bien asentada y documentada entre nosotros. Se trata del “siluro devora-presupuestos” (Silurus pecuniarius), esa especie omnívora constituida por todas las personas sin mérito alguno que han sido colocadas en alguna de las frondosas administraciones públicas simplemente por nepotismo o amiguismo o cercanía al poder (el último caso, el hermano del presidente del Gobierno en la Diputación de Badajoz o los 86 enchufados de la Faffe en Andalucía). El devastador siluro de río es capaz de devorar patos, palomas, peces de mediano tamaño y cualquier cosa –ya sea animal o planta– que se le ponga por delante. Pero el siluro devora-presupuestos –más feo, más insaciable– devora cantidades ingentes de dinero público porque se le coloca de por vida en un cargo (por lo general, inútil) con unos privilegios inusitados gracias a una legislación tuneada por el amigo correspondiente. Un país solvente puede resistir la presencia de los siluros de río, pero ningún país que aspire a vivir con dignidad puede sobrevivir a la voracidad incesante de los siluros devora-presupuestos. Y más aún cuando los partidos políticos son criaderos naturales de esta clase de depredadores. El PP no pudo desmantelar la administración paralela que creó el PSOE en Andalucía, y es posible que nadie pueda desmantelar en el futuro la administración paralela que está creando ahora mismo el PP. Y así vamos. Ánimo, amigos.