Nos toman por tontos

Alto y claro

02 de junio 2025 - 03:05

En la misma semana, la pasada, vimos cómo un dirigente del PSOE de Extremadura salía corriendo para aforarse en el Parlamento, pisando cabezas con el objetivo de protegerse él y de lograr que el caso del enchufe en la Diputación del hermano del presidente del Gobierno saliera de los tribunales ordinarios para ser juzgado por el Tribunal Superior, donde los criterios judiciales, pensará él, le serán más favorables. En sus declaraciones públicas dijo sin que se le moviera un músculo de la cara que la espantada la hizo porque la voz preclara del jefe de los socialistas extremeños no podía estar ausente de la Cámara. Se ha dado cuenta a mitad de legislatura.

En los mismos días, se conocieron grabaciones y wasaps de una fontanera al servicio del PSOE en los que intentaba manipular y poner en marcha campañas de desinformación para contrarrestar los ataques que estaban recibiendo dirigentes del Gobierno y de su partido y para desprestigiar a mandos de la Guardia Civil. La señora, sin que la vergüenza propia le ahogara la voz, dijo que ella lo que estaba haciendo era un trabajo de periodismo de investigación para publicar un libro.

Más leña: un ciudadano ha sido procesado por delito fiscal acusado de haber defraudado más de 300.000 euros y tras haber intentado negociar con la fiscalía una reducción de la posible pena a cambio de la admisión de los delitos y la regularización de los impuestos evadidos. Resulta que el ciudadano es novio de la presidenta de la Comunidad de Madrid, que desde que el tema trascendió lo convirtió en una operación política en la que ella aparecía como víctima de una persecución y su pareja un damnificado, fiel cumplidor de sus obligaciones fiscales y al que Hacienda debía 600.000 euros.

Nos toman por tontos. No se me ocurre otra explicación. Mienten con un cinismo infinito y les da lo mismo. No se respetan ni a sí mismo, mucho menos a los ciudadanos. En dos de los tres casos contados arriba, el del extremeño Miguel Ángel Gallardo y la madrileña Isabel Díaz Ayuso, se trata se representantes públicos elegidos en las urnas. En el de Leire Díez, parte de sus sucios tejemanejes los hizo mientras ocupaba un alto cargo, con alto sueldo, se supone, en la empresa pública Correos. A este punto hemos llegado. Lo peor es que no parece importarle demasiado a nadie.

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