Parques fotovoltaicos: el campo sin vallar

EDITORIAL

03 de junio 2025 - 03:06

Aestas alturas nadie duda de que las energías renovables son el futuro y que Andalucía reúne condiciones que la colocan como un territorio especialmente favorecido para su desarrollo. Tanto la generación eólica como la solar han experimentado un notable desarrollo en los últimos años, hasta el punto de que esta actividad se ha convertido en uno de los grandes activos económicos de la región y una de sus palancas más atractivas de desarrollo. Pero la implantación de este tipo de energías se ha hecho con una notable falta de planificación y con una normativa demasiado laxa que ha provocado notables abusos. Esta circunstancia se ha producido de forma especialmente intensa con la proliferación de parques fotovoltaicos que han ocupado superficies que estaban dedicadas a los cultivos agrícolas en secano. Como informaba este periódico el pasado domingo, la legislación, tanto la estatal como la autonómica, ha creado un marco en el que estas instalaciones han podido desarrollarse sin cortapisas, ocupando en algunos casos superficies de varios centenares de hectáreas. Ahora son los ayuntamientos los que han levantado la voz de alarma y empiezan a plantear medidas para planificar con criterios más razonables las instalaciones fotovoltaicas. Este tipo de infraestructuras conlleva la ocupación de suelo durante periodos larguísimos de tiempo que lo hacen improductivos para su tradicional uso agrario, modifica de una forma radical el paisaje rural y, por si todo esto fuera poco, la creación de empleo que provoca es muy escasa durante la instalación de los paneles solares y casi nula para las tareas de mantenimiento. Sin estigmatizar el desarrollo de la energía solar, lo que sería tirar piedras contra nuestro propio tejado, sí es necesario insistir sobre la necesidad de una regulación precisa y exigente que evite sus efectos perniciosos. Los parques fotovoltaicos no pueden ser un campo sin vallar puesto al servicio de unos pocos.

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