Tres españoles, premiados por crear unas etiquetas inteligentes para reducir el desperdicio alimentario
Luis Chimeno, Pilar Granado y Pablo Sosa, diseñadores de unas etiquetas biodegradables que informan sobre el estado de los alimentos, reciben el premio del público de los galardones para jóvenes inventores de la Oficina Europea de Patentes.
Tres inventores españoles contra el desperdicio alimentario
Los españoles Luis Chimeno, Pilar Granado y Pablo Sosa, creadores de unas etiquetas biodegradables que informan sobre el estado de los alimentos y pueden contribuir así a reducir el desperdicio de alimentos, recibieron este miércoles el premio del público de los galardones para jóvenes inventores de la Oficina Europea de Patentes (OEP).
Los tres jóvenes emprendedores ilicitanos dieron las gracias a la organización, a sus familias, y al público que les votó durante una ceremonia en Reikiavik, en la que fueron premiados cuatro equipos de un total de diez candidatos preseleccionados.
"Ya realmente hemos tenido un premio bastante grande, porque toda la difusión que hemos tenido en estos momentos es lo que más nos ayuda a nosotros, las empresas pequeñitas", dijo a EFE antes de conocer el galardón uno de los emprendedores, Luis Chimeno. El simple hecho de llegar a la final de los Premios Jóvenes Inventores 2025 es un reconocimiento y un premio en sí mismo, agregó Chimeno, que compartirá un galardón de 5.000 euros con sus compañeros.

Los tres inventores se conocieron estudiando biotecnología en la Universidad Miguel Hernández, en Alicante. Compartir piso fortaleció su vínculo personal y profesional, lo que les llevó a fundar su empresa, Oscillum, en 2019. “Nos centramos en la carne como primer producto por la experiencia de Pablo y por su sensibilidad y su impacto ambiental. Muchas personas tiran carne y pescado al primer signo de mal olor. Nuestra investigación inicial se centró en la metabolómica y la microbiología para entender qué estaba ocurriendo con la carne”.
Hoy en día, Oscillum continúa creciendo y diversificándose, ofreciendo soluciones de embalaje tanto inteligentes como activos. “Desde 2023 colaboramos con un prestigioso centro de investigación español especializado en envases. Ya no solo monitorizamos lo que ocurre con el producto, sino que también podemos influir en él”, explican.
Los biosensores de Oscillum contienen moléculas que indican cuándo un alimento con el que están en contacto se ha contaminado por bacterias cambiando de color. Esta capacidad convierte a esta invención en una herramienta para luchar contra los desechos innecesarios de alimentos en un contexto en el que, solo en la Unión Europea (UE), se estima que cada persona desperdicia 132 kilogramos de alimentos al año.
Otros galardones
Más allá del premio del público, el jurado otorgó el premio Community Healers (Sanadores de la Comunidad) a los ugandeses Sandra Namboozo y Samuel Muyita por el invento de unos saquitos que alargan la vida útil de los productos frescos.
Las estadounidenses Neeka y Leila Mashouf recibieron el premio Nature Guardians o Guardianes de la Naturaleza por el desarrollo de un sistema para transformar emisiones de CO2 en celulosa biodegradable y la francesa Marie Perrin se alzó con el reconocimiento World Builder o Constructores del Mundo por un proceso para reciclar tierras raras de desechos electrónicos.
Los diez candidatos entre los que el jurado y el público elegían en la ceremonia habían sido preseleccionados por la OEP de entre más de 450 innovadores escogidos a escala mundial por el organismo con sede en Múnich (Alemania). Entre los diez finalistas se hallaba también la colombiana Mariana Pérez por un dispositivo que imita al sistema respiratorio para capturar y limpiar partículas contaminantes del aire.
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