
En tránsito
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Dos retratos, entre otros muchos posibles, del momento de política de cloaca que vivimos, protagonizado por un presidente y un Gobierno que, sobrepasados por los escándalos, han perdido toda capacidad de respuesta y toda estrategia de anticipación en la construcción de un relato, sin más defensa que callarse (el presidente) o mentir e insultar (sus ministros), unos cogobernantes y apoyos parlamentarios que son estómagos agradecidos que no están dispuestos a romper con quien les da cuanto piden y una oposición tan torpe que no es capaz de generar un discurso alternativo convincente ni marcar distancias con Vox.
Un retrato es el que une a tres ministros –Montero, Alegría y López: tomen nota andaluces, aragoneses y madrileños de lo que se les puede venir encima– utilizando el disparate del magnicidio a sabiendas de que es un bulo, sin rectificar posteriormente. Todo lo contrario. Pilar Alegría ha convertido el bulo en información y la mentira en interpretación: “Nos hicimos eco de una información que fue publicada por algunos medios de comunicación… Es verdad que, posteriormente, algún medio de comunicación ha considerado que esa parte de la conversación se podía interpretar de otra manera”.
Otro retrato es de Aldama, presunto conseguidor del caso Ábalos, irrumpiendo en la comparecencia de la presunta fontanera Leire Díez. Ella se apunta a la teoría de la interpretación de Alegría: “No comprometí ningún comportamiento de ningún servidor público. Ni fiscales, ni de nadie. Si se ha interpretado otra cosa, es una mala interpretación”. Después, al salir Aldama de la sala, el caos de cámaras, micrófonos, empujones –con la participación estelar de Pérez Dolset, el de “esto es Pedro Sánchez directamente con Santos Cerdán, y directamente con Leire”–, gritos, insultos, acusaciones: “¡Es una sinvergüenza y se está riendo de todo el mundo!... ¡Se van a enterar ésta, Santos Cerdán y el presidente del Gobierno… ¡Panda de sinvergüenzas!”.
Un tercer retrato podría ser la deriva vulgar, atropellada y propagandista de una RTVE que anda, como el Gobierno, cual pollo sin cabeza en el más bajo momento de su historia democrática. Javier Ruiz o Jesús Cintora por un lado y Belén Esteban o María Patiño por otro, arrastrando en su caída a Adriana Salcedo y a los Luján. Así estamos.
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