El Día V, un canto al vino que va más allá en el enoturismo de la DO Ribera del Duero

En el corazón de una DO con tanta solera como Ribera del Duero se celebró el pasado sábado 31 de mayo la primera edición de El Día V, una experiencia enoturística novedosa en esos fecundos pagos castellanos e inspirada en la que ya marcha en el Barrio de la Estación de la riojana Haro. Protos, Alión, Pago de Carraovejas, Emilio Moro y Tinto Pesquera, cinco de las bodegas más señeras de Ribera del Duero, abrían sus puertas para mostrar sus formas de hacer vino, de brindarlo a los amantes y de maridarlos. Y con fondo musical. Más de 700 personas respondieron a la propuesta y abonaron los 180 euros de la entrada. Un éxito rotundo que supone un primer jalón.

“La respuesta de la gente nos da la razón; era necesario un evento de disfrute y promoción del vino de Ribera del Duero y lo hemos conseguido”, concluyen las cinco bodegas, cuyas sinergias han hecho posible este rupturista evento al que han acudido aficionados de muchos puntos de la geografía española.

Cada marca tiene su sello, su concepto del vino, sus propuestas más o menos clásicas y en todo caso reconocidas, pero un hilo común, con la honda expresión de la uva tempranillo, ha ido tejiendo la idea hasta darle forma. "La imagen de los vinos de Ribera del Duero ha salido reforzada", destacan, tras años de concienzuda organización: los más de 700 inscritos se repartieron en cinco grupos de 150 y cada grupo disfrutó de un recorrido distinto, a elegir.

En Bodegas Tinto Pesquera los vinos que se sirvieron fueron Tinto Pesquera MXI 2021 y Tinto Pesquera Reserva 2020. Para acompañarlos, una tapa elaborada con trufa de primavera y una cazuelita de garbanzos de Dehesa la Granja con oreja. El sello Alimentos de Valladolid ofreció una degustación de fresas de Ideal Fruits.

Los excelentes vinos Protos’27 2022 y Protos Verdejo Reserva 2020 fueron las propuestas de Bodegas Protos para El Día V. En la pionera bodega de Peñafiel, a los pies del bello castillo de Peñafiel, con la atención de su director general Carlos Villar para que no faltara un detalle, se sirvió una tapa de dumplings de lechazo con ramen churro. Alimentos de Valladolid ofreció una degustación de lentejas IGP Tierra de Campos y del espárrago de Tudela. Los aficionados disfrutaron de una animadísima velada musical al ritmo de un DJ que hizo temblar las ajadas paredes del castillo.

La visita a Alión, de Tempos Vega Sicilia, fue muy especial. La modélica bodega no se abre por ahora al enoturismo y la ocasión era única para descubrir su culto a la excelencia. Con Juan Carlos Álvarez júnior como anfitrión, tras visitar la fantástica cava donde dormitan las añadas de Alión desde ese primigenio 1982, Alimentos de Valladolid ofreció una degustación de quesos de La Flor de Esgueva maridados con la afinada acidez del Mandolas 2022, de la húngara bodega Tokaj-Oremus. La explosión definitiva, bajo los acordes de la banda Flecha y Doctor J y su envolvente música entre el folk y el country, llegó con la degustación de unos sabrosísimos pinchos de lechazo al sarmiento con ensalada con el apabullante Alión 2021 en la copa. Un vino que ya es maravilloso, pero que en unos años será sublime.

Otra de las bodegas participantes fue Pago de Carraovejas, donde el alma de este pujante sello, Pedro Ruiz Aragoneses, ofició de maestro de ceremonias con su sapiencia y ese hervidero de ideas que tiene por mente. Impresiona y apabulla la cava que custodia su gran restaurante, Ambivium, desde un Chateau d'Yquem del 64 a toda suerte de champanes, vinos italianos que ni el Vaticano disfruta o generosos viejísimos de los que convierten las copas en frascos de perfumes gracias a los residuos secos. Quienes tuvieron la suerte de asistir probaron una deliciosa pastela de cochinillo y sopas de ajo. Para acompañarlo, dos vinazos: Pago de Carraovejas 2022 y Ossian 2022. Alimentos de Valladolid ofreció una degustación de empanada de verduras de La Giralda de Castilla.

En el caso de Bodegas Emilio Moro, los vinos descorchados en El Día V fueron La Revelía 2022, un blanco de frescura y acidez que cada añada redondea más, y el emblemático Malleolus de Valderramiro 2021, una altísima expresión del tempranillo. Su maridaje gastronómico lo compuso una tapa de taco de carrillera al vino tinto con champiñón portobello y cebolla caramelizada. Alimentos de Valladolid ofreció una degustación de ensalada de conejo escabechado con verduras encurtidas. Javier Moro, presidente de la bodega y gran anfitrión, se sumó al grupo musical Casanova para cantar el tema No puedo vivir sin ti, de Coque Malla. ¿Le cantaba al vino? Quién se atreve a negarlo.