EDITORIAL
Una sentencia errónea para una amnistía bochornosa
EDITORIAL
Tal como se esperaba, la mayoría progresista del Tribunal Constitucional ha avalado la Ley de Amnistía en un ejercicio de contorsionismo para tratar de negar lo que es evidente: que el olvido de los delitos cometidos por quienes trataron de segregar a Cataluña de España se ha debido a la necesidad de Pedro Sánchez de ser investido presidente del Gobierno con los siete votos de Junts. Este es el núcleo de la sentencia, la interpretación de la intención del legislador, de la que no se puede abstraer, como tratan de argumentar los magistrados progresistas, las condiciones políticas que la motivaron y las vicisitudes de una negociación que tuvo lugar en Bélgica con uno de los principales afectados, Carles Puigdemont. El ex presidente del Gobierno Felipe González ha añadido, en efecto, la “vergüenza” de quien en esas reuniones representó al Ejecutivo de Pedro Sánchez, ni más ni menos que un secretario de Organización corrupto que hoy no está en las filas de este partido. La ley responde de modo claro a una autoaministía aprobada y diseñada a capricho de quienes habían cometido unos delitos en el marco del procés y de los que necesitaban sus votos para una sesión de investidura. El Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) será la magistratura que analice, finalmente, esta ley. En este sentido adquiere relevancia el escrito que el abogado de la Comisión Europea ha enviado al TJUE relativo a una cuestión ya planteada por el Tribunal de Cuentas y en el que considera que, en efecto, esta ley es un claro ejemplo de autoamnistía. Este es el tipo de leyes a las que suelen recurrir los dirigentes populistas cuando consiguen el poder: perdonarse todos sus delitos anteriores. Es lo que han hecho los diputados de Junts y de ERC, concederse una amnistía, con la necesaria participación del Gobierno. Hay que apuntar, además, el deterioro que esta sentencia supondrá para la credibilidad del propio Tribunal Constitucional, lo que afectará al conjunto de sus decisiones, futuras y pasadas.
También te puede interesar
EDITORIAL
Una sentencia errónea para una amnistía bochornosa
EDITORIAL
Temporada alta turística
EDITORIAL
El PP aclara, a medias, su estrategia de pactos
EDITORIAL
¿Alguien lucha contra la corrupción?
Lo último